Valiente carta de Pau Donés.
Estos días la prensa se hacía eco de la carta en la que el cantante del grupo Jarabe de Palo compartía su estado de ánimo ante el inicio de la quimioterapia. Decía que estaba triste porque tenía cáncer, tenía un mal día y estaba asustado porque iba a comenzar el tratamiento. ¡Cáncer maldito veneno!.
Ya sabía que él mismo había comunicado la noticia, pero desconocía que seguía compartiendo su evolución en su página web y pensé que hay que tener coraje para quedarte en cueros emocionales en unos momentos tan difíciles.
Generalmente los personajes públicos que padecen esta enfermedad no suelen ser muy pródigos en detalles y la mayoría de las veces lo ocultan o no lo llaman por su nombre. La palabra cáncer es tabú y cuando tienen que hablar de su enfermedad evitan pronunciarla.
Por eso me ha parecido que él la está tratando con tal naturalidad que, el hecho de compartir sus días y su estado de ánimo le hace tremendamente humano. También las enfermedades forman parte de la vida.
Mi padre falleció de cáncer de pulmón con 54 años, de esto hace ya casi 29 y en aquella época mi familia optó por no contárselo a él, aunque yo siempre he sabido que en la última etapa fue plenamente consciente de todo lo que le estaba sucendiendo.
Es muy difícil tomar decisiones ante este tipo de situaciones y siempre tienes la sensación de que te estás equivocando, pero siempre lo hacemos pensando en que es lo mejor.
La enfermedad duró un año y medio y fui viendo cómo se iba transformando, tanto física como emocionalmente, como pasaba de la euforia con las mejorías a la tristeza con las recaídas, era como un tren que avanzaba hacia el final de trayecto y las mejorías y las recaídas eran como su paso a veces por lugares alegres con la gente esperando en sus apeaderos y a veces por oscuros túneles que parecían infinitos, hasta que llegó a su última estación.
Nunca estás preparado para ese viaje y necesitas reunir toda la fuerza, la entereza, el ánimo propio y el que los demás te ofrecen porque todo es poco.
En mi caso a los cinco días de irse mi padre nació mi sobrina que fue un bálsamo para toda la familia, aunque él se fue soñando con su primera nieta ya que yo tenía dos varones. La alegría innata de los niños nos ayudó a aliviar nuestro duelo .
Afortunadamente, cada vez hay más gente que se recupera, que tiene calidad de vida, es más, hay gente que recupera la normalidad en su vida, y esa debe ser la referencia para avanzar.
La actitud positiva y las ganas de pelea son los mejores aliados para esta batalla y para ayudarnos a ganar la guerra.
También las instituciones públicas tienen que tomar conciencia de lo importante que es la investigación para luchar contra las enfermedades y poder vencerlas.
Valiente Pau, hay que tener mucho coraje para compartir con millones de personas estas cosas que nos pasan a los seres humanos, tus días buenos y los menos buenos, tu fuerza y tus ganas de ganarle la partida. Eres un ejemplo para otros, quizá menos animosos para enfrentarla, porque ni siquiera se atreven a llamarla por su nombre.
Tienes derecho a tener todos los días malos que quieras pero no les des tregua, ten siempre a mano los guantes y no te canses de darle golpes hasta que la dejes KO.
El primer cáncer de mi madre, fue hace 40 años, recién nacido mi hijo y el mundo se me vino encima, pensaba que no lo iba a ver crecer y poder disfrutar de su primer nieto. Salió adelante y tengo que decir, que ella hablaba de su cáncer, como si de un resfriado se tratara. Cuando le volvieron a diagnosticar cáncer de riñón, era mayor y no por eso se dejó vencer, aún sabiendo que ése iba a poder con ella. La he acompañado en su enfermedad, ha sido una mujer valiente, con la cabeza muy bien amueblada y que llamaba a las cosas por su nombre y siempre me decía » hay que llamar a las cosas por su nombre, con negarla, no va a desaparecer»
Hay muchos Paus anónimos pero cuando se trata de personajes públicos muy pocos son los que lo llaman por su nombre al menos públicamente. Siempre miramos a las personas conocidas como ejemplos a seguir, sin embargo creo que en la mayoría de las ocasiones ellos deberían tomar ejemplo de las personas anónimas.